El Barberillo de Lavapiés es una zarzuela en tres actos, con libreto de Luis Mariano de Larra y música de Francisco Asenjo Barbieri, estrenada en el Teatro de la Zarzuela de Madrid el 18 de diciembre de 1874, y con un personaje central, Lamparilla, inspirado lejanamente en el Figaro del Barbier de Séville de Beaumarchais.
Barbieri nació en Madrid el 3 de agosto de 1823.
Participó en las polémicas sobre la "ópera nacional", tan en boga en la década de 1840, y finalmente se sumó a las iniciativas de teatro musical en castellano que desembocarían en el espectacular renacimiento de la zarzuela, fundando con Gaztambide, entre otros, la "Sociedad Artística", que consolidó nuestro género. Poco más tarde fundó, con la incorporación de Arrieta a la entidad, el Teatro de la Zarzuela de Madrid, en la calle de Jovellanos (octubre de 1856).
¡Escribió más de 70 zarzuelas!
El barberillo de Lavapiés corresponde a un argumento pseudohistórico de intrigas políticas. Este tipo de trama argumental entronca con la tradición inmediatamente anterior de "zarzuela grande" a la que pertenecen otras obras del compositor como Jugar con fuego, Los diamantes de la corona o Pan y toros, pero a la vez inaugura un nuevo tipo de obra lírica que servirá de modelo a generaciones posteriores. La obra parodia tanto en su título como en ciertos giros textuales a la más famosa ópera bufa italiana, Il barbiere di Siviglia de Rossini; sin embargo lleva a cabo una importante descontextualización del modelo que obliga al espectador a perder de vista la referencia original: si Beaumarchais había situado al fígaro del siglo XVIII en la pintoresca Sevilla, Larra decidió que el barberillo del siglo XVIII se incorporara a una turbulenta vida urbana: la que se desarrolla en el Madrid de Carlos III, situando la acción en el antiguo barrio de Lavapiés, lugar donde el populacho se concentraba de forma especial. Así, aunque el argumento se aleja temporalmente del espectador, referencias concretas, como la calle de la Paloma, la calle de Toledo, la Plaza de Herradores, la iglesia de San Lorenzo, la calle del Avemaría, la calle de la Fe... lo convierten en realidad potencial. Desde este punto de vista, la obra corresponde al modelo de cuadro de costumbres del Madrid castizo, reflejando mejor que ninguna otra de su autor el alma de Madrid.
La trama del Barberillo se sitúa inicialmente en los alrededores de El Pardo el día de la romería de San Eugenio. En este lugar, zona de romerías populares e intrigas de la nobleza, estudiantes, majos, majas y vendedores crean un ambiente bullicioso, propicio de tan señalada romería. Éste es el contexto en el que cantamos el coro que nos ocupa: